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sábado, 7 de diciembre de 2019

ESAS COSAS QUE NO SE DISEN

Me levanté demasiado temprano. Te veo dormida. Trato de no hacer ruido pero es inútil, me llevo por delante la vieja silla de madera tan gastada como mis sueños. Esos que se fueron desvaneciendo poco a poco con tus ausencias, esas que se clavan en mi alma como diciéndome que ya no quieres estar más conmigo.
 Es por eso que decido irme, para que estar si solo te hago sufrir, es mejor asi, si total para que, para verte mirar por el cristal de la ventana vaya uno a saber qué cosas, porque no estas allí, estas tan lejos que ni siquiera sabes cómo está afuera, después comienzas el día, tu día, por decirlo de alguna manera, te cuesta tanto estar en el, que es un castigo para vos llegar a la tarde en esta casa que nos guarda con nuestros silencios, porque hace tanto tiempo que no nos hablamos, que es mejor que salga cuanto antes por esa puerta y no vuelva más, es mejor que sea ahora antes de que me arrepienta, me quede y todo siga igual.
En una calle desolada de una ciudad dormida mis pasos van hacia donde yo los quiero llevar, aunque, una parte de mi quiere regresar, sin embargo, siguen a la estación de tren donde jamás hubiera pensado que estaría sin vos. 
Si estábamos siempre juntos, que nos paso, no lo sé, fue así un día de repente fuiste otra persona, y yo me quede solo, como estoy ahora ,aquí, esperando un tren viejo y ruidoso en una estación sucia con personajes patéticos, de esos que habitan en la noche, únicos testigos de mi desolación.
Los personajes de esta ciudad van llegando con sus caras cansadas antes de empezar la jornada, siendo que recién se despiertan  suben al tren sin ganas, como si algo los empujara hacerlo, y, así se sientan y miran a través de la ventanilla resignados a un nuevo día, así como tu cara frente al cristal, son igual a vos y yo no entiendo porque si te lo di todo, que mas querías de mi, nunca te lo pregunte, no se porque, quizás por miedo a la respuesta a que me digas que amas a otro, que yo soy poca cosa para vos, que no te animas a decírmelo.
Pero si es tan fácil decirlo, si yo voy  a entender, cómo no voy a serlo si te amo y lo único que quiero es verte feliz, si eso fue lo que te atormentaba, ya es momento que me lo digas, que se valla el tren a otra parte porque yo estoy yendo a que hables de una vez, a que no te quedes callada, si me tengo que ir lo hare, pero no así, huyendo como un cobarde,  debo enfrentar la realidad como esta llovizna que me está mojando hasta el alma, que me acompaña en este día gris, para ver al llegar, tu rostro pegado al cristal,  para no variar estas allí igual que siempre, entonces me apresuro, pero sos vos que abrís la puerta y me abrazas como nunca lo habías hecho y rompiendo en llanto  me decís -¿Hasta cuando tendré que soportar tus silencios, acaso dejastes de amarme?


           fin

            estela jaeltete

DARSE CUENTA

Te la pasas pintando y yo aquí mirándote. Vos, ni cuenta te das que he llegado. Manchas, solo veo manchas en ese lienzo y a veces frutas y verduras, como ahora, que estas con la manzanita, la retocas, la miras, la adoras. Vos y la manzanita y yo tengo hambre
-¿Qué hay de comer?

 -En la heladera esta la comida ¡calentála!.
Y yo te hago caso y me siento a comer solo, como un perro, va, ni un perro come solo, como el estúpido que soy que te mira mientras me llevo el primer bocado a   la boca viendo como seguís retocando la maldita manzana. Lo único que me falta que me hayas dejado de postre la misma fruta que te separa de mi como tantas otras.
Me pregunto porque te casaste conmigo y no con un pintor, si al final somos tan diferentes, o porque yo no me elegí otra, pero ya está, ahora que le voy hacer.
Tendré que esperar el fin de semana,  que vengan tus amistades, todas de la misma calaña, digo así porque no soporto a ninguna, siempre hablan de lo mismo y yo quedo pintado como un cuadro, en eso me convertiste ¡En una pintura muerta! o quizás, fui yo el que lo permitió, pero ahora que le voy hacer.
Algo tengo que decir
-¡Lindo día hoy!- digo a lo que me respondes.

-¡Silencio! estoy inspirada.- Entonces me colma la paciencia y te digo.
-¡Nena!… ¿porque no te casaste con otro si tanto te molesto?

-¡No sé qué te molesta que pinte ahora!- me decís
- ¡Podrías darme un poco de bola no te parece!

-  ¡Me queres decir que te pasa! estás molesto hoy
-¡Hoy y siempre! esto no es de ahora, estoy juntando, juntando y ya no aguanto más, estoy viviendo con un loca que pinta cuadros ¿Sabes lo que podes hacer? quedate con el lienzo, el pincel, las pinturitas, me voy, así, ¡No te molesto más!
Junto todas mis cosas, y nada, creí que vendrías, me armarías un escándalo, tenes otra, me pusiste el cuerno, no nada, esta mujer no existe, sos más fría que un tempano, camino hacia la puerta y seguís pintando, entonces te digo.

-¡Me estoy yendo!
-Mira bien lo que haces, otra como yo no vas a encontrar

- ¡NOO Dios me libre! De encontrar otra igual, sabes que, ahora que te miro bien, como no me fui antes, no entiendo como llegue hasta acá, quedate con la casa, el auto, los muebles, todo ¡Pero a mí! No me ves más.
-No decís nada, seguís pintando, camino hacia la puerta, me detengo, te miro, todo sigue igual, ya esta, salgo a la calle y camino, tengo un nudo en la garganta, que estúpido fui, nunca me quisiste.


CAPITULO 2

Un año después.
Sigo comiendo solo, pero al menos mejor así y no mal acompañado, por lo menos tú indiferencia no me lastima.
¿Que habrá sido de vos? no supe mas, que estarás haciendo… y pintando que otra cosa, no me buscaste, no me pediste plata, nada, como si yo nunca hubiera existido, a lo mejor lo soñé y jamás estuvimos juntos.
Los primeros tiempos fueron difíciles, el psicólogo me dijo que era el chico de los mandados, vos una vividora y para finalizar yo un pelotudo.
Nunca más volví al psicólogo.
Para semana santa fui a misa, el sacerdote lavaba los pies, igual que Jesús a sus discípulos, igual que yo te lavé los pies a vos y a toda tu familia, no te hice faltar nada, trabajaba todo el día, y lo que querías lo tenias, recuerdo cuando me fundiste, si no te complacía había que aguantarte, cuando andaba con lo justo y se te antojaron aquellos zapatos caros, tuve que salir a pedir prestado. Después cuando andaba mejor vino el viaje a Europa porque tenías que ir a una exposición, no es que tenga nada en contra del arte, sin embargo me endeude y fuiste a Paris, trabajaba doble turno para pagar el crédito. Nunca te conformabas con nada, siempre me sorprendías con un capricho. Pero yo no soy Jesús, no se le puede lavar los pies a cualquiera, cuando andaba mal le pedí plata a tu mamá y como no tenia para pagarle, me puso a lijarle las sillas porque de alguna manera se las tenía que cobrar.
Pero me las desquite porque cuando me encontré a la gorda caminando con su bebe en brazos, porque mi suegra siguió teniendo hijos, yo andaba en mi auto, ya mi situación había mejorado, entonces me hizo el tiro de que la llevara unas cuadras, y yo me hice el sonso, total el bebe no le pasaba nada, si iba en brazos, camina gorda dije y así me las cobre.
Me quede con ganas de romperte algún cuadro, el pincel, desparramarte las pinturas por todos lados, hubiera estado bueno verte sufrir, pero no se me ocurrió.
Haberte hecho sufrir un rato, aunque me hubieras odiado después, total no se cual hubiera sido la diferencia si ni me registrabas, al menos así hubieras tenido algún tipo de sentimiento hacia mí.
No encuentro la respuesta en ningún lado, fui a hablar con el cura, el cual me dijo que hay que perdonar, pero perdonar que si no me hicieron nada, ni siquiera eso, ni me buscan.
Como le conté lo que le había hecho a mi suegra, me dijo –debiste haberla llevado, no es así como se comporta un cristiano, seguramente ella se habría dado cuenta tu don de gente.
Pero padre! si mi suegra siempre se rio porque yo era un pelele al lado de su hija, que me está diciendo.
También menciono que estamos casados por iglesia hasta que la muerte nos separe, que hay que estar juntos en las buenas y en las malas, que hay que comprender, a lo que yo le conteste,
-Ese es el punto yo estuve en todo momento, comprendí hasta darme cuenta que no existía para ella, y en cuanto a lo otro yo no voy a morir así, ignorado, tengo derecho a una vida sana.
Siguió con su sermón, lo deje hablando solo, no es que sea un maleducado pero hay cosas que me superan.
Terminé otra vez en el psicólogo, a otro porque el anterior nunca más, me dijo este, que yo generé esta situación, por metido, si, porque siempre quiero solucionarle los problemas a los demás, que soy omnipotente, que quiero tener todo  bajo control, entonces yo le conteste  -¡Pero si me tenia cagando! a lo que él me contesto –Entonces usted no sabe decir que no, usted tiene el si fácil, usted siente culpa si no puede dar lo que le piden, es una mescla de todo  –¡Entonces quien mierda soy! - le dije y me fui dando un portazo.
Eso es lo que me pasa, en este año no me puedo encontrar, no sé quien soy, ni siquiera sé si te quiero, me duele lo que paso, me siento humillado, quizás sea eso.

CAPITULO TRES

He decidido mirar a mi alrededor, quizás encuentre alguna respuesta, me siento en la plaza, miro los pajaritos, los perritos, los niñitos, no hay nada, todo en perfecto equilibrio, todo normal, entonces… ¡Yo soy un desequilibrado! ese debe ser el problema.
Voy al supermercado, en la fila que hacemos para pasar por la caja, un señor y su esposa, el canasto repleto, lo tiene que pagar el, seguro, ella empieza a mirar el canasto y gritándole le dice
-¡Pero miraa!  ¡Para que compraste esto, no te dije que esto noooo!  a lo que él le contesta -
Bueno! no me di cuenta.
Ah no, igual, igual que vos, pobre tipo, y seguramente la va a aguantar toda la vida, sí, eso es, la convivencia, cuando te encontraste con alguien que te tomo el tiempo, fuiste.
Al menos yo me fui, zafé, no voy a llegar como este hombre a su edad a que la mujer lo trapee. Estas bien o no estás, solo, pero con la frente bien alta.
Tiempo después estaba comprando pasajes para irme a una playa de Brasil. Quiero conocer el mar. Aunque estoy solo, pero alguien voy a encontrar con quien hablar, siempre en los viajes la gente se brinda.
Salgo de la agencia y te veo. ¡La vida nos encontró nuevamente! ¡Qué momento! estás allí frente a mí. Siempre creí que volverte a ver seria caótico, pero no, no siento nada, ni siquiera sorpresa. Tu mirada es la de una mujer triste, no es la misma que deje aquel día.
-¿Como estas? - Mé decís, es la primera vez que me preguntas  como estoy.
-Bien y vos ¿Seguís pintando? – se lo tenía que decir, lo tenía bien guardado.
- No... no ya no
-¡Que te paso! ¿Se te termino la inspiración?
-No... no es eso, he estado enferma, y ya no se puede. Mis amigos ya no están. Se que estuve mal con vos.No te pido que vuelvas, es más, mi familia te busco para que te hicieras cargo, pero no te encontró. ¿Donde te metiste?
-¡Qué raro! porque esta ciudad es bien chica, todo se encuentra. Mira, te deseo lo mejor, sabes nosotros éramos diferentes, eso fue, y yo, no lo podía aceptar. Ni yo te puedo cambiar a vos ni vos a mí, uno es como es, ya está.
- Pero ¿ me vas a ayudar? Necesito plata.

Estuve a punto de preguntarte de que estabas enferma, cuánto dinero necesitabas, pero algo me impulso a salir de allí casi corriendo, no quería caer nuevamente en tus manipulaciones.
No quería caer en mi debilidad de solucionarles los problemas a los demás, de hacerme cargo de todo y de todos, de sentir culpa si no lograba verte bien, como si yo tuviera toda la responsabilidad de cambiar el mundo.
Hay un límite entre lo que son nuestras responsabilidades y nuestros derechos a ser respetados, se puede ayudar y después seguir nuestro camino, sin que nada nos lastime.Oh pero si ya estoy hablando como mi psicólogo.
Viajé, regrese, fui feliz, tuve una buena vida, supe de vos que tenias depresión, no estabas tan mal. Al menos quería saber de qué se trataba tu enfermedad por si las moscas y ayudarte de lejos si fuera necesario. Pero no hiso falta, tenías que salir a trabajar, ese era tu problema, y no te gustaba, nunca lo habías hecho. Lo que necesitabas era un idiota a quien manipular para estar bien, y no encontrastes a nadie, ni siquiera a mí.

fin

Estela caruso

domingo, 1 de diciembre de 2019

Los perros


Comieron con desesperación las migas que caían de la mesa llena de manjares en la fiesta de compromiso de la chica linda del pueblo con el hacendado rico del valle de Loren, mientras, Elian se retorcía de dolor y de odio por su traicionado amor, las bestias se gruñían, se mordían, se revolcaban peleando por aquellas miserias, hasta que un estampido los dejo mirando el cielo, la chica linda había caído sobre las migas, un hilo rojo salió de su boca, y olvidándose de su hambre huyeron despavoridos del lugar.

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viernes, 22 de noviembre de 2019

LAS RUINAS DE SAN GENARO



El impacto despertó a la ciudad en medio de una noche de abril, cuando el otoño acariciaba las hojas de los árboles que se resistían caer. Como pudo dejo la cama y corrió hacia la ventana, vio gente desesperada que gritaba, luego un silencio fantasmal y en medio de la noche las agujas del reloj acariciaban las cuatro de la madrugada, era muy temprano, se había quedado parada frente a la ventana esperando que algo le indicará que había sucedido.
Nuevamente escucho gritos, ahora veía gente correr en ropa de cama, bocinas, sirenas, entendió que algo grave ocurría y bajo los dos pisos por la escalera hasta llegar a la calle.
Siguió a las personas que iban hacia el centro, de este a oeste una multitud desesperada en busca de una respuesta.
Dos cuadras y los escombros de lo que había sido un edificio asomaban como una pesadilla en medio de la noche.
Las voces eran un susurro en sus oídos, alguien la empujo y le pregunto algo, entonces se dio cuenta que estaba descalza y en camisón, paso las manos por sus cabellos y noto que estaban llenos de polvo, busco una vidriera y su rostro estaba blanco.
Ahora había periodistas, llegaban autoridades y comenzaban las tareas de rescate.
Los comentarios la aturdían, una mujer trataba de ingresar al lugar en un ataque de histeria
Todo parecía haber terminado en un instante, todo cambio en aquel edificio que lucía imponente, en tan solo segundos se derrumbó transformándose en nada.
Cuánto tiempo había llevado construirlo y ahora solo quedaban pedazos y vidas atrapadas, destruidas.
Ella era como aquel edificio, los dos estaban frente a frente, derrumbados.
A ella también le había costado mucho construir un mundo junto a Juan.
Voy a construir un imperio decía Juan, será la obra más grande que jamás se haya visto, como el Titánic, si como el Titánic, remarcaba Juan en sus delirios de grandeza. Pero aquellos delirios fueron haciéndose realidad hasta convertirse en uno de los arquitectos más importantes.
Ella amaba a Juan, lo admiraba, era brillante, emprendedor, ambicioso, si bien no tenían dinero en aquellos días que se conocieron, no le temían al futuro, tenían muchas ganas de ponerle actitud a la vida
Eran de familias humildes, se conocieron en el tren, Juan iba a la universidad y ella a trabajar, Por las noches el trabajaba de mozo en un restaurante para hacer algo de dinero.

Viajaron todas las mañanas durante seis meses, entonces comenzó el noviazgo y los sueños de Juan.
Tiempo después era la esposa de un arquitecto. Pero para esa época Juan había cambiado, por entonces estaba absorbido por su trabajo cada vez más, su humor ya no era el mismo, a veces estaba irritable, la ambición lo cegaba. Después, todo cambiaba venían los viajes y el poder, ese poder que le daba el dinero, una actitud frente a los demás de ganador, de soberbia.
Hasta que llego lo que tanto había soñado, construir su obra, seria un edificio, uno de los mas grandes que se hubieran construido. Aquel monstruo los distancio, Juan no estaba, ella siempre sola, y todos sus proyectos como familia habían quedado reducido en un proyecto descomunal, el edificio de San Genaro
Todo se derrumbo delante de ella como aquel monstruo convertido en polvo.
Dejo atrás la multitud y emprendió el regreso a su casa, se dio vuelta y una vez mas y por ultima vez vio las ruinas de San Genaro, el coloso que había construido Juan.
Toda la soberbia y la ambición de Juan ahora estaban reducidas en nada, en ruinas como su existencia.
Subió lentamente las escaleras, había dejado la puerta abierta, eso no le preocupo, la sorprendió la alarma del reloj y las agujas que acariciaban las 7 en punto, el día de su divorcio había llegado.