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sábado, 13 de enero de 2024

LA NOCHE DEL DIABLO


 Sigo  la noche por un camino angosto y sinuoso, de un lado veo unos matorrales que me espantan y a mi derecha árboles y arbustos que me estremecen, bien podría haber alguien escondido para acechar . Escucho pasos que vienen detrás míos y una respiración profunda, agitada, pero me calmo, creo que soy yo, es el ruido de mis pies corriendo desesperadamente sobre las hojas que hay en el camino que van crujiendo al compas de mi corazón que parece va a explotar.

Solo la luna llena y yo en la noche.

Al día siguiente los preparativos de una prima que se casa  han revolucionado la casa de campo .Todos los parientes adornando el patio. En la cocina huele rico, las mujeres horneando los platos dulces y lo que será la torta. Los hombres arman una carpa por sí llueve. En el patio las mandarinas nos regalan el paisaje de este verano que parece ser diferente.
De pronto todos van al camino de ingreso, esta la policía, lloran, gritan y me miran. La abuela me abraza. Es el uniformado que me dice que encontraron mi auto en el camino y dentro se encuentra mi esposo, degollado.

Ha pasado un año, yo abandono las patéticas paredes del psiquiátrico que me guardaron después de aquel fatídico día en que todo cambio para mi.
Al regresar a la casa de campo un sillón en el patio me recuerda que alguna vez hubo amor en aquel lugar, en el piso unas guirnaldas desechas, algunos globos pinchados pegados en la tierra de un cantero recuerdan aquel día en que se preparaba una fiesta. Solo quedan las plantas de mandarinas, cargadas de sus frutos, que una vez más denuncian un verano caluroso .
Estoy sola, una mujer limpia y me da la medicina. 
Comienzo a darme cuenta que alguien se está comiendo las mandarinas porque hay cáscaras en el suelo.
La mujer las recoge y se queja, - todos los días lo mismo -dice - quien será, si lo agarro.
En un amanecer confuso y caluroso mi cuerpo pide algo de fresco, y porque no una fruta seguro me  hará bien. Una vez mas cáscaras desparramadas en el suelo y más allá la veo,  la mujer que me acompaña esta degollada.
En un mundo incierto donde todo puede ser, mi mente sigue confusa como aquella noche en la que deje mi auto en la ruta averiado y corrí por el campo hasta llegar a mi casa.
El sillón en el patio, el sillón y yo, veo a la familia que anda de acá para allá. 
Ahora estoy sola, otra vez cáscaras en el suelo y así todos los días y yo sigo sola y confundida, con los demonios en mi mente que no me dejan en paz.
Hay un alboroto en la casa vecina , escucho decir que alguien fue asesinado.

En mi patio todo sigue igual , siempre hay cáscaras en el suelo, es de noche, salgo y lo sorprendo comiendo mandarinas, es un niño chiquito, rubiecito, muy bonito, tendrá cuatro años. El está desnudo, me mira y solo emite gemidos extraños, le ofrezco mi mano y mirándome de una manera diabólica me dice con su voz apagada , tienes sed, tu y yo somos uno y comienza a correr y correr por los matorrales, por el camino sinuoso, por los arbustos y árboles, sólo la luna, la noche y el,  hasta que finalmente se pierde en la espesura del bosque.
Todos las noches lo espero, ya no hay cáscaras de mandarinas en el suelo. Ya no queda nada.

NINA, La escencia de la vida.


 Hay un bosque de pinos verdes. De grandes helechos de todas las especies que se enredan en el camino. De flores gigantes, tan bellas como jamás te hubieras imaginado.

También tiene pequeños lagos de diferentes colores, los de color rosa están los flamencos, en los azules los pavos reales, en los translúcidos el resto de los animales, pero,  hay uno muy especial. Es verde como un diamante, alli y solo alli viven las ranas.
Hay una ranita muy pequeñita, ella es la reina de todas, su nombre es Nina, está siempre activa y jugando, le encanta subirse a los árboles y mirar el paisaje. 
Un día subió al árbol más alto del bosque, era una planta muy extraña. Unica en el mundo,en sus hojas tenia colores dorados ,verdes, rojos, amarillos, violetas, todos los colores estaban allí.  Desde allí vio una casita muy chiquita, se veía salir humo de la chimenea y una anciana muy pequeñita salía todos los días a mirar el horizonte.. 
Un día no la vio más, subió todos los días, pero nada de la viejita. Entonces, decidió ir a investigar. Corrió rápido muy rápido por entre los árboles y los helechos. Llego un momento que no daba más, así que  se hecho a descansar, para continuar al día siguiente al salir el sol.
Entonces,  se le aparecio un ave,  de diferentes colores,  ella le dijo, yo soy el tiempo,  no el de las ahujas del reloj,que te da la hora, minutos y segundos, tampoco el clima, la primavera, verano, otoño,  invierno. -tampoco el de hace millones de años.
Y quien eres? - pregunto la ranita sorprendida
- El tiempo eres tu, solo sígueme
Aun más sorprendida siguió al ave, mientras se preguntaba, el tiempo es ella o soy yo.
- Dime - dijo Nina -  si me dices que el tiempo eres tu porqué después dices que soy yo. 
- Porque tu y yo somos uno
Más confundida aún continuó su viaje siguiendo al ave. 

De pronto se dio cuenta que ya faltaba poco para llegar porque ya se divisaba la casita. Continuó ansiosa.  Y de pronto se encontró con un hada, era tan bella, pero tan bella, todo era de cristal  sus alas. su ropa, su cuerpo.
¿Quién eres? - preguntó sorprendida ante tanta belleza
-Yo soy la vida- contesto con una hermosa sonrisa.
-A... dijo la ranita -  ¡como que eres la vida?
- Así es. 
- Y como seria eso, el ave me dijo que yo soy tiempo
- Así es, tu eres vida y eres tiempo. Los dos son uno en ti. Nada tiene que ver con los latidos de tu corazón. Todo tiene que ver con tu esencia. Continuemos este viaje. Sabemos adonde vas. De pronto ya no nos verás. Pero debes saber que será porque encontraste el camino que estas buscando
Y así fue como los tres continuaron juntos durante un largo camino. Hasta que una mañana después de dormir una larga noche , ellos ya no estaban.
 
Retomó el camino, se apuraba. Daba saltitos de alegría. Y recordó lo que el tiempo y la vida  le habían dicho. Pero, tampoco estaba tan cerca, eso era lo que parecía, ni tampoco era tan pequeña. 
Ya casi llegando vio que era tan grande , pero tan grande.
-¡ Es una mansión!  - dijo - .
Se detuvo un rato , respiró profundo, e ingresó a la vivienda.
Todo era increíble allí, había plantas y flores, jarrones, una mesa muy larga, y ventanales de cristal.
Al ingresar a la habitación siguiente la vio, estaba sentada en un sillón que se hamacaba,  a un costado un hogar apagado ya que era verano. A la derecha un gato blanco lanudo con pinta de dormilón , y a la izquierda un gato negro, tan brilloso era su pelo como el verde de sus ojos, la observaba fijo e imponente -¡Sonamos, pensó es una bruja!
La anciana la miró y preguntó   -¿Que haces aquí?...¿ Estas perdida? Tu no perteneces a este lugar-
-Yo soy la reina del bosque, me llamo Nina,  te veo cuando subo al árbol mas alto, porque solo a mi me esta permitido subir. Fue cuando te vi ,sales todo los. días y miras el horizonte. Pero cuando no te vi mas, me preocupe y vine a ver si necesitas algo.
- Ya veo. Tu te preocupas por mi. Sabes ya nadie lo hace, vivo sola en esta mansión
- Tan mala fuiste, que todos se fueron
-Todo lo contrario, Construí esta casa para que ellos un día la disfruten, para que sean felices. Trabaje tanto que olvide vivir. Ahora estoy vieja y cansada. Un día regresarán, venderán y se irán a disfrutar. Ellos se fueron a la ciudad porque no les gusta el bosque, yo los entiendo.
- ¡No te vienen a ver!
- No, ya nadie viene.
- Que pena me da. Y como sobrevives aquí tan sola. 
- Hay empleados. ¿No los has visto?
- ¡No! - dijo la ranita sorprendida
- ¿Y el carruaje ?
- Tampoco
- Pero entonces tu no conoces nada de lo que hay aquí. Te la pasaste viendo desde un árbol, solo una mínima parte de lo que tengo. 
- Tenía que venir
- Porque  ya no me vistes. Y te preocupastes.
- Y si me dio pena tan sólita, creí que habías enfermado.
- Tu sin conocerme te preocupaste. Vistes desde lejos que todo era pequeño verdad?
-Así es
- A veces desde lejos las cosas se ven diferente
- Es verdad, desde el árbol se veía de otra manera
- Sabes .., no importa si ellos no vienen. Me cansé de esperar, por eso no salí más. Tu, tan solo tú te preocupantes por mi, aún creyendo que era pobre. Pero si encontré la riqueza mas grande al conocerte. Llévame a tu bosque, quiero conocer tu mundo, y al regresar... me acompañarías a un largo viaje por el mundo?
- ¡Claro que si.. y cuidaría de ti!.
Y así fue como la anciana todavía joven, dejó de esperar y fue a conocer el bosque del árbol mas grande de el mundo cuyas hojas doradas producían el milagro de la amistad, ya que era tiempo y vida, era la esencia de los seres buenos.
Al llegar al lago rosado recordó los mejores días de su vida cuando fue madre, el lago azul con su imponente pavo real, el amor de su vida, en el lago transparente vio reflejada su esencia  y   
el verde del lago le dio la esperanza de un mundo mejor y al elevar la vista vio el árbol que llegaba al cielo con hojas de muchos colores, fue subiendo mágicamente y simplemente se dejo llevar.