El impacto despertó a la ciudad en medio de una noche de
abril, cuando el otoño acariciaba las hojas de los árboles que se resistían
caer. Como pudo dejo la cama y corrió hacia la ventana, vio gente
desesperada que gritaba, luego un silencio fantasmal y en medio de la
noche las agujas del reloj acariciaban las cuatro de la madrugada, era
muy temprano, se había quedado parada frente a la ventana esperando que algo le
indicará que había sucedido.
Nuevamente escucho gritos, ahora veía gente correr en ropa
de cama, bocinas, sirenas, entendió que algo grave ocurría y bajo los dos pisos
por la escalera hasta llegar a la calle.
Siguió a las personas que iban hacia el centro, de este a
oeste una multitud desesperada en busca de una respuesta.
Dos cuadras y los escombros de lo que había sido un edificio
asomaban como una pesadilla en medio de la noche.
Las voces eran un susurro en sus oídos, alguien la empujo y
le pregunto algo, entonces se dio cuenta que estaba descalza y en camisón, paso
las manos por sus cabellos y noto que estaban llenos de polvo, busco una
vidriera y su rostro estaba blanco.
Ahora había periodistas, llegaban autoridades y comenzaban
las tareas de rescate.
Los comentarios la aturdían, una mujer trataba de ingresar
al lugar en un ataque de histeria
Todo parecía haber terminado en un instante, todo cambio en
aquel edificio que lucía imponente, en tan solo segundos se derrumbó
transformándose en nada.
Cuánto tiempo había llevado construirlo y ahora solo
quedaban pedazos y vidas atrapadas, destruidas.
Ella era como aquel edificio, los dos estaban frente a
frente, derrumbados.
A ella también le había costado mucho construir un mundo
junto a Juan.
Voy a construir un imperio decía Juan, será la obra más
grande que jamás se haya visto, como el Titánic, si como el Titánic, remarcaba
Juan en sus delirios de grandeza. Pero aquellos delirios fueron haciéndose
realidad hasta convertirse en uno de los arquitectos más importantes.
Ella amaba a Juan, lo admiraba, era brillante, emprendedor,
ambicioso, si bien no tenían dinero en aquellos días que se conocieron, no le
temían al futuro, tenían muchas ganas de ponerle actitud a la vida
Eran de familias humildes, se conocieron en el tren, Juan
iba a la universidad y ella a trabajar, Por las noches el trabajaba de mozo en
un restaurante para hacer algo de dinero.
Viajaron todas las mañanas durante seis meses, entonces comenzó
el noviazgo y los sueños de Juan.
Tiempo después era la esposa de un arquitecto. Pero para esa
época Juan había cambiado, por entonces estaba absorbido por su trabajo cada
vez más, su humor ya no era el mismo, a veces estaba irritable, la ambición lo
cegaba. Después, todo cambiaba venían los viajes y el poder, ese poder que le
daba el dinero, una actitud frente a los demás de ganador, de soberbia.
Hasta que llego lo que tanto había soñado, construir su
obra, seria un edificio, uno de los mas grandes que se hubieran construido. Aquel
monstruo los distancio, Juan no estaba, ella siempre sola, y todos sus proyectos
como familia habían quedado reducido en un proyecto descomunal, el edificio de
San Genaro
Todo se derrumbo delante de ella como aquel monstruo convertido
en polvo.
Dejo atrás la multitud y emprendió el regreso a su casa, se
dio vuelta y una vez mas y por ultima vez vio las ruinas de San Genaro, el
coloso que había construido Juan.
Toda la soberbia y la ambición de Juan ahora estaban reducidas en nada, en ruinas como su existencia.
Subió lentamente las escaleras, había dejado la puerta
abierta, eso no le preocupo, la sorprendió la alarma del reloj y las agujas que
acariciaban las 7 en punto, el día de su divorcio había llegado.
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