PAISAJE DEL ALMA
.Pero uno siempre regresa.
¿Porqué siempre tendrá que ser asi? Uno vuelve a los lugares donde fue feliz y se da cuenta que ahora solo le producen tristeza.
Dos pequeñas gotas de lluvia hacen el paisaje de esta mañana tan
particular.Danzan traviesas deslizándose por el cristal empañado de un
abril otoñal. Las hojas color ocre caen armando una montaña en el suelo
del parque tan gris y sin luz, debido a la ausencia del sol por las
lluvias de otoño.
Desde mi antiguo automóvil, reliquia de familia, reciclado y
celosamente cuidado por el tío Andrés, observo los árboles, los mismos
de ayer en los que con tu andar emergías entre ellos como aparecido en
el tiempo, pero no era más que el efecto de la llovizna de abril, ahora
ni siquiera eso, puedo estar mucho tiempo esperando tu imagen que ella
nunca aparecerá.
El paisaje de este otoño combina con mi auto viejo y las hojas que caen
de los arboles, pero una barredora inmediatamente me quita ese placer y
me vuelve a la realidad. Siempre digo que las hojas no deberían ser
barridas porque después, pasa esto, me queda una sensación de nada,
porque un otoño sin hojas no es otoño.
Había viajado desde la oscura y lúgubre ciudad de Habert, escondida en
medio de las montañas.Alguna vez me pregunte si figuraba en algún mapa.
Sin embargo existe y es una pequeña ciudad de ricos terratenientes
donde se realizan los más increíbles negocios. Pero la gente, desconoce
su existencia.
Pero eso no importa ahora, lo que sucede es que al llegar a esta ciudad
donde siempre venia a encontrarme con vos, aquí en este parque, me doy
cuenta que solo he venido a encontrarme con recuerdos que me hacen
mal..Pero uno siempre regresa.
¿Porqué siempre tendrá que ser asi? Uno vuelve a los lugares donde fue feliz y se da cuenta que ahora solo le producen tristeza.
No hubiera querido que las cosas fueran de
esta manera, hubiera preferido que todo terminara bien, sin embargo uno no
siempre decide.
También quisiera que existiera la
eternidad para poder verte siempre, y
que mi sonrisa fuera tiempo para hacerte feliz.
El limpia parabrisas ha hecho bien su
trabajo, ya no queda humedad en el cristal, de la misma manera que la barredora
limpió el parque sacando todas las hojas que habían formado un colchón.
Así
decía yo cuando era niña, un colchon de hojas y me tiraba sobre él, y saltaba, saltaba
tantas veces gritando por gritar, solo era eso, un grito que me salía desde muy
adentro como queriendo sacar todo lo que llevaba guardado y no podía decir,
porque yo nunca pude hablar, nunca pude decir.
Este paisaje del alma mío tan vacío, como
las gotas de lluvia que se deslizan por el cristal al compás del olvido que va ganando tiempo en
mi corazón, porque aquellas cosas tan
amadas, ahora se las ve cada vez más lejos, como las hojas secas que vuela el
viento llevándose los recuerdos de mi último verano en Habert.
En aquella epoca me gustaba jugar con las hojas amontonadas en el suelo abriendo un surco con mis pies Después venias vos, y
hacías lo mismo. Mamá se enojaba tanto cuando nos veía llenos de tierra.
Siempre me culpaba a mí.
Ahora la gente sale a caminar por el
parque, aprovechando para hacer aquellas cosas que no pudieron por la lluvia.
Caminan apurados, algunos en bicicleta acortan
camino por aquí.
Aun es la mañana y se siente el frio.
No
me gusta el frio, me es incomodo, tanta ropa y además me quedo sin fuerzas,
casi siempre comienzo a temblar y
alguien me tiene que ayudar. Por eso quiero que pase rápido esta época del año.
Me quedo mirando otra vez los árboles, y
si, ya no te veré mas asomarte entre ellos, además, todos se han ido, ya no
están.
Ahora todo es ayer, solo queda este frio
enorme en el alma por aquellas cosas simples que se fueron y por los que ya no están.
Fin.
Muy buen relato Estela.. El poder de la nostalgia es enorme.. me gusta mucho como lo relatas y como utilizas una estación del año tan fría y lúgubre como el otoño que es perfecta para describirla.. Feliz inicio de semana, abrazo grande :)
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