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martes, 19 de febrero de 2019

TE INGLES

TE INGLES

 Podría decirles que mi viaje a la casa de campo fue un imprevisto, provocado por las circunstancias, sin embargo no fue así.

Debí haberlo programado aquel día en que los vi, besándose, acariciándose, devorándose el uno al otro.

 Entonces comenzó así mi persecución.

 Mi venganza.

Antes que sucediera aquello soñaba que me observaba, no lo veía bien,pensé, que me anunciaba que estaba enfermo. Sin embargo, también creí que era una sensación de esas en que las cosas del amor no están bien.

Ahora, solo me resta esperar que todo salga tal como lo planifique.

El té por las mañanas, un detalle suyo que nunca falto. La cajita de lata dibujada con una flor, el aroma a hebras de té ingles que emanaban de allí. Supe después, que era su costumbre agasar a la mujer que tuviera a su lado con ese delicioso té, que solo él sabe preparar.

La veo llegar ansiosa, enamorada. El la está esperando, en la casa que alguna vez fue nuestra. Podía haber acabado con ella si quisiera, pero a el no le pasaría otra cosa que no fuera extrañarla un rato, después, disfrutaría de todos sus bienes.

Ella es feliz, tan feliz como lo fui yo alguna vez a su lado. Camina por el campo, respirando profundo el aire de la mañana, deja que el sol acaricie su rostro, es tan feliz la pobrecita. Es una mujer enamorada, se le nota en sus ojos que parecen irradiar chispas. El llega y corre a su encuentro, se cuelga de su cuello y se besan ardientemente.

La última vez que estuvimos juntos me agasajo con aquel te amargo, tan amargo como lo que sentí al darme cuenta de la realidad.

Ahora ella se levanta envuelta en su camisón de gasa, sus pies descalzos se deslizan por el piso hasta llegar a la cocina, bebe agua y observa por la ventana el viento que produce un remolino de hojas secas produciendo un espectáculo patético.

 Sin darse cuenta que su vida pende de un hilo, sonríe feliz.

 Aquella vez que lo soñé sentí que era una premonición, sin embargo no había observado un detalle. Fue tiempo después cuando paso todo aquello, que tuve una visión de su imagen, dándome cuenta que su mirada era perversa.

El llega a la cocina envuelto en su bata, tan romántico con ella que la invita a que lo espere en la habitación, él le llevará el desayuno. Entonces comienza a preparar su te ingles, tan perfecto, tan rico. Tomando unas hebras las coloca en una taza y vierte agua caliente, luego lo endulza, seguramente sabrá amargo.

Podría dejar que ella lo tomara, al fin y al cabo se lo merece. Aunque no sería justo, el ganaría una vez más. Muchos echaran de menos la desaparición del señor ingles. el que prepara aquella deliciosa infusión para su amada que lo espera ansiosa en la habitación, creyendo haber alcanzado la felicidad, no hay momento más sublime que cuando está a su lado.

En vano la pobrecita enamorada esperó su te ingles.

Después, la veo partir en una mañana tan fría como todo aquí. Observa por última vez la casa. Después el auto se va por el camino desapareciendo poco a poco bajo la niebla. 

Miro la casa, la que alguna vez fue mía, tan mía como lo vuelve hacer ahora en que mi imagen carente de sombra vigila celosamente sus últimas horas en los sótanos, dejándole una taza de té ingles para que lo pruebe ,tan amargo como solo él lo sabe hacer.

Vuelvo a ocupar lo que alguna vez me perteneció, mi casa. 


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