La casa estaba en ruinas, apenas si se podía ver que alguna
vez su interior estuvo pintado de rosa. El hombre que por momentos le parecía
familiar, le decía que aquel era un lugar seguro.
Una parte de la casa tenía un revoque castigado y la hacía
a un más patética.
Afuera el hombre había divisado los cuerpos junto el
barranco, otros hombres llegaban y los observaban.
Tuvieron nauseas por el olor que emanaba de ellos, entonces,
el hombre tomo unas frazadas viejas y los cubrió.
El cielo teñido de gris oscuro presagiaba el final.
Después despertó de aquel horrible sueño.
Con el tiempo la realidad
le mostro aquella premonición, la
guerra había estallado..
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