El alma habitaba la luna,
Tres estrellas mi corazón,
De tanto y tanto andar en la noche,
el sol acaricio
la mañana,
entonces, yo desperté, cuando su calor acaricio dulcemente mi
rostro,
después, comenzó el día, y de tanto y tanto andar
llego la noche,
entonces, nuevamente habite la luna.
Tres estrellas cuidaron mis sueños,
desperté antes del amanecer, ya no podía dormir,
tu mano cálida acariciaba mi rostro,
me acurruque en tus brazos,
entonces, ya no necesite, ni a la luna, ni a las estrellas,
Con tu presencia me bastaba para vivir.
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