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lunes, 12 de noviembre de 2018
Sueños de Serpientes parte 5
lunes, 29 de octubre de 2018
SUEÑOS DE SERPIENTE relato 4
Hoy El ocaso
Gabo escucho en silencio al medico Un abismo se abrió en aquel instante, tan oscuro que sintió que no valía nada,tanto que todo podía terminar en un instante.
Sintió los aplausos, la ovación del público.
Después su estrella se apago.
Visito por última vez a su vieja tia .El único familiar que lo unía a su madre.
-Somos ave de paso en esta vida-dijo la anciana-solo trata de dejar o cambiar algo, solo así tendrá sentido tu vida
- La abrazo con la ternura de aquel niño que alguna vez la mujer tuvo en sus brazos y valla que si lo quería, era su único sobrino y fue su devoción hasta que los sueños de Gabo lo fueron alejando cada vez mas. Sintió que en aquel adiós una parte de su vida se quedaba allí.
Después de abrazarla vio como aquella figura tan querida se quedaba en el umbral de la casa haciéndose cada vez más pequeña a medida que se alejaba.
Las aguas del pacifico lo llevaban a la isla. En el viaje vio el cielo estrellado, ya ni recuerda cuando fue la última vez que las vio, así de aquella manera, en que la bóveda oscura le devolvía aquel espectáculo de luces pequeñitas jugando en su imaginación como cuando era niño.
Horas después, sus pies descalzos se deslizaron por la arena costeando el mar hasta llegar a la casa que se encontraba en medio de la playa.
Como no podía ser de otra manera había comprado la vivienda a las empresas
de Elmo.
Días después
Se acostumbro al ruido del mar, a las olas castigando la playa y así fue descubriendo un mundo nuevo, un mundo al que jamás pensó encontrar, porque su vida cambio radicalmente en un instante, de no haber sido por aquel fatídico día en que visito a su médico, jamás hubiera pisado la isla y mucho menos vivir todo lo que aconteció.
Desalineado y con la barba de algunos días Gabo caminaba por la playa,
cuando escucho la voz del muchacho.
-¿Usted es nuevo por acá?
-Así es, Y tu quien eres?
-Umi me llamo Umi
-Eres la primera persona con la que hablo desde que estoy aquí
-Se lo ve muy solo, ¿Como se llama?
-Gabo me dicen Gabo
- Y esta de paso, o va a vivir aqui.
- Compre, si voy a vivir aqui.
- Bienvenido entonces.
-Y tu ¿Qué haces?
-Trabajo en el Hotel. Me dicen Umi.Todo comenzó porque le caí bien a una turista millonaria.
Y así fue como Umi le conto a Gabo aquella historia en la que los hombres
de Elmo llegaron a la isla.
Aquel dia fueron del otro lado del pequeño continente y Gabo conoció aquella gente.
Publicado 23rd February 2015 por estela Caruso
jueves, 25 de octubre de 2018
SUEÑOS DE SERPIENTE parte 3
Cuando las mañanas de sol son tan luminosas como aquella en la que conoció a la joven fotógrafa, dicen que
presagian tiempos de abundancia.
Sucedió a poco tiempo de haber regresado de aquellas
vacaciones que marcaron su destino, Se llamaba Hilary. El descendía las
escaleras del juzgado cuando ella se le acerco y preguntándole si podía darle
una entrevista a su compañero periodista, este no hiso más que decir que si,
fue un si tan apresurado, como si tuviera temor a no volverla a ver. Elmo se
olvido por un momento de sus sueños locos y quedando impactado por la joven,
supo que algo estaba pasando muy dentro de él, algo que jamás había sentido
antes, se estaba enamorando.
A partir de aquel momento en que la vio caminaba sobre las
nubes, la veía todos los días, cualquier escusa era buena para estar con
Hilary. Ahora Elmo tenía otro motivo para soñar, la isla y enamorar a la
muchacha.
Hilary tenía pensamientos totalmente opuestos a las suyos,
justicia social y austeridad eran sus ideales. Fue entonces que el ambicioso de
Elmo, creo un personaje, el de un abogado que luchaba por las injusticias.
Cuando la llevo a conocer a su familia, este le dijo que él no tenía nada que
ver con todo el dinero de su padre, que se abría camino solo en la vida.
Al cabo de un tiempo se casaron, tuvieron dos hijas y eran
una pareja feliz.
Pero con los años pese a que Hilary amaba a su familia,
sentía nostalgias de su pasado como
fotógrafa, ya que se había dedicado tiempo
completo a criar a sus hijas y acompañar a su esposo.
A medida que pasaba el tiempo comen<o a sentirse sola, ya
que Elmo viajaba mucho. Este jamás le conto lo que estaban haciendo en la isla,
es más, evitaba que su esposa tuviera trato con las mujeres de sus amigos. Ocurrió
en una reunión, que una de ellas izo mención de la isla, entonces el debió
salir de aquel entuerto con una de sus tantas mentiras. Después, todos fueron
sus cómplices.
Hilary no era tonta, comenzó a investigar y atar cabos
sueltos, hasta llegar a la conclusión que los viajes de su esposo a la isla no
eran los de un empleado de una empresa, demasiada plata en su billetera, pensó.
Fue así que llego hasta Elmo, exigiéndole la verdad, una
verdad que los marco para siempre, porque Hilary se había decepcionado de su
esposo.
Ahora Hilary está sentada en un sillón en la galería de su
casa, un gato blanco y lanudo pasa entre sus piernas una y otra vez, un colibrí
danza en el jardín su graciosa figura. Esta tan sola como jamás pensó que
podría estar. Es que la soledad de Hilary es interior, Se caso enamorada, deslumbrada
por la personalidad de Elmo, aunque, más allá de sus ausencias su esposo
siempre le demostró su amor y pasión, de
eso no se puede quejar. Pero la mentira, porque la mentira, y porque la tortura
tanto, si cualquier mujer en su lugar, hubiera estado más que dichosa. Sin
embargo para ella nada de estas cosas se pueden comparar con la admiración que
tenía por él y que ahora, se derrumbo.
Siente nostalgias por tiempos idos, de aquellos sueños que
quedaron en el camino. En qué momento los dejo, no lo sabe, simplemente se dejo
llevar por el embrujo de Elmo. Ahora busca su cámara que quedo archivada en
algún lugar y decide plasmar allí los tiempos que vendrán.
Continuara
lunes, 22 de octubre de 2018
SUEÑOS DE SERPIENTES HOY ELMO parte 2
HOY ELMO
Los hoteles sobre el
mar eran de una belleza tal que príncipes, artistas, millonarios, disfrutaban
de la sofisticación que le ofrecía ELMO, si dije bien, ELMO, porque así se llamaban aquellas playas, las playas
de Elmo o la isla de Elmo, aunque parezca mentira, su soberbia y vanidad pudieron
más que la opinión de los demás, que propusieron poner otros nombres,
obviamente olvidándose como se llamaba en realidad la isla, pero esa es otra
historia.
A las jóvenes nativas
las utilizaron (y lo digo en estos
términos porque para ellos todo ser viviente de aquel lugar era un
objeto)como
atractivo de la isla, para recibir a los visitantes ofreciendo un show
danzando
al compas de la música , eso sí, habian elegidos las mas bellas. Los
hombres, jóvenes, fuertes y musculosos no eran menos que las mujeres,
atendian los distindos menesteres de cada hotel..
No era así con Umi,
tal era el nombre o apodo de aquel joven de baja estatura, esmirriado y con
imagen de poca cosa, pero con una simpatía que desbordaba. Es que Umi era un
personaje muy querido por los turistas y un poco de casualidad lo descubrieron
cuando una señora millonaria fue abordaba por el joven y cuando intentaron
sacarlo por la fuerza, ante la ternura del muchacho, la mujer gorda y fea lo
defendió a capa y espada y con ellos toda la comitiva de ricachones. Entonces
Elmo que no se le escapaba una lo puso a recibir a los pasajeros en el hotel
más lujoso y caro del lugar.
El resto de los nativos
fueron confinados a otra parte de la isla y no le permitían acercarse para no
dar una imagen desagradable . Y esta pobre gente la pasaba muy mal
porque donde hicieron los hoteles era su habita, donde pescaban, y tenían todo
lo que la naturaleza les brindaba. Ahora se encontraban en la
otra parte de la isla donde todo escaseaba y el hambre se adueño de sus vidas.SUEÑOS DE SERPIENTE 1
Se adornaba la noche con un cielo despejado, permitiendo
ver la luna llena alumbrar el camino. Elmo llegaba a la casa grande tras haber
disfrutado unas increíbles vacaciones en una isla tan extraña como lejana.
Sastre su mejor amigo había tenido la idea de ir a aquel lugar tan apartado de
la civilización. Dos amigos más los habían acompañado en el viaje, Larry y
Arnoldo. Fue en aquellas playas que Elmo tuvo la idea de crear un centro
turístico, en aquel lugar tan extraño como oculto en las aguas del pacifico.
Sus amigos solo rieron por aquella loca idea, ¡Quien va a venir a este desolado
lugar!
Elmo entraba a su casa, un perro ovejero lo recibía alegre,
se sentaba en el amplio sillón del living, y una vez más aquella idea aparecía,
delirando en su imaginación su proyecto iba tomando fuerza y crecía cada vez
mas.
Después de aquella noche la vida cambio para Elmo, aquel
sueño que se inicio en un viaje parecía hacerse realidad. Trabajaba para el
gobierno, el joven abogado que iba en asenso en su carrera se relacionaba con aquellos
que tenían poder económico.
Fue entonces que uniendo el dinero de su ambicioso padre mas
los contactos que tenía en su trabajo logro llegar a la isla después de tantos
años.Entonses al pisar aquellas tierras supo que aquel sueño ahora estaba tomando
forma y espacio. Se sintió poderoso, capaz de lograr todo lo que se proponía.
Sus tres amigos Sastre, Larry y Arnoldo eran sus socios.
Ellos también no podían creer que aquella locura de juventud ahora estaba ante
ellos.
Su ambición no tenia limites , aquel lugar paradisiaco
tenia lo que todo ser mortal anhelo
tener alguna vez en la vida.
Continuara.
ATRAPADA ultima parte
Al día siguiente no encontró a Maria.Un bar fue refugio de su incertidumbre y de aquella sensación de
querer saber y ayudarla mas allá de lo que alguna vez significo aquel caso tan
extraño.
Ahora sabía lo que había pasado, al menos sabia que aquella mujer estaba con vida
en el lugar menos pensando.
Para María quizás no fue una sorpresa, por algo fue a buscar
aquel libro.
La muchacha tenía
mucho que explicarle.
Camino hacia la casa que se encontraba en la entrada del
pueblo. Aquella que oculto durante tantos años a Eugenia Arévalo.
Al ingresar a la vivienda encontro a María recogiendo algunos vidrios que todavía quedaban
de lo que alguna vez fuera un espejo. Ella observo su rostro en una de aquellas partes. El
periodista la miraba en silencio.
Cuando sucedió lo inesperado.
-¡Hasta que finalmente me encontraste!.
Eugenia Arévalo había entrado en la vivienda.
-Te busque hasta al cansancio- dijo Maria. -Sin mirarla.Sin sorprenderse.
-Creí que eras una niña tonta y mira tú. ¿Qué fue lo que te
trajo hasta aquí?
-Tu libro
--Esa fue una torpeza de mi parte.
-¿Por qué lo hiciste?
-¡Yo te dije María que no te ibas a casar!
-¡Como hacerlo! ¡Si siempre supe que estabas viva!
-¡Claro que si! Me conoces bien hija, sabes de lo que soy
capaz.
-¡Estás loca mama!
-¡Te imaginas lo que fue vivir todos estos años con ese
disfraz! Hasta aquel día en que supe que estabas destruida. Entonces
sonreí feliz. Después… ese espejo me
devolvió la imagen de lo que era. Había quedado atrapada en mi misma trampa.
Entonces quise quemar todo mi pasado.
-¡Mama…todos creían que yo te buscaba porque te amaba! Lo que no sabían es que era por miedo a que
nos hicieras algo. Qué estuvieras cerca. Jamás pensé que estarías tan lejos.
-¿Y porque no les dijiste?
-¡No me hubieran creído! Tú eras la intachable señora
Arévalo. Yo era una pobre infeliz que andaba por todos lados, un insignificante
ser que caminaba por los tribunales, al que nadie le daba importancia. ¡Pero de
noche no podía dormir!.
-Ese fue tu destino Maria.
-¿Porque me golpeabas cuando era niña?¡Era una niña mama!
Cualquier cosa te ponía mal. ¡No podía llorar porque
me encerrabas!
-Cuando naciste… tu padre ya no me quiso. Por tu culpa el ya
no era igual conmigo.
Tenía un vidrio en su mano. Quería destruir lo que tanto
había odiado en su vida. Aquella muchacha frágil e insegura había sido víctima
de su mente enferma.
Pablo Moreno se interpuso entre las dos…
Eugenia Arévalo fue llevada al Psiquiátrico de donde se
había escapado.
María arrojo al mar lo último que le quedaba de su madre, el
libro de Gianini.
Al girar vio a Pablo Moreno que la esperaba.
Le sonrió.
Dicen, que jamás se separaron.
fin
ATRAPADA quinta parte,
ATRAPADA quinta parte
Esta se levantó muy temprano, tomó un taxi y el la siguió en otro.
El camino los llevo al psiquiátrico.
Al
llegar, el tomó distancia y la siguió con precaución. Ella caminó por un largo
pasillo, se detuvo en una de las habitaciones e ingresó. Escucho la voz de
María, abrió lentamente la puerta… ella se encontraba de pie observando a la
mujer que se encontraba en silla de ruedas. El periodista reconoció en aquella
desdichada a Eugenia Arévalo. El enigma de tantos años estaba ante sus ojos llegando a su fin.
En una fracción de segundos se preguntó si
ella siempre supo que estaba allí. Sin embargo, la encontró llorando en la
vivienda quemada, Muchas preguntas y una sola imagen ante el.
Entonces, terminó de abrir la puerta y se puso
en evidencia.
María se impresionó al verlo, lo suficiente
como para decirle.
-Pase Moreno. No se quede ahí parado. De
todas maneras ya está dentro
Lo dijo de manera irónica, por lo que se pregunto
si estaba dentro, pero de donde, si se refería a la habitación en sí, o sucedía
otra cosa.
-¡Veo que encontró a su madre!.
-¡Así es!
Supongo que no irá corriendo a publicarlo en su diario.
-No... despreocúpese. No estoy aquí en busca
de una nota. Esto es personal.
- ¡Personal! ¿Y por qué?
-Ni siquiera yo lo sé ¿Será por usted? Por
los acontecimientos en sí.
-¡Le dije que no se metiera en esto!.
Se acercó a la mujer. Estaba totalmente
perdida. Sus ojos vacios no tenían vida. Por momentos su mirada extraviada
tenía la expresión del mal.
-Moreno, encontré a mi madre, eso es todo.
--¡Y todo por un libro! Si lo hubiera
dejado…
- Así es, en realidad no sabemos bien que
paso.
-Se hablo de una anciana.
-No sé nada de eso.
-Bien María, la dejo con su verdad y
tranquila, yo no diré nada, no es mi nota.
Dos días después.
No
sabía qué hacer. No había regresado a Buenos Aires. Se encontraba aun en aquel
pueblito, sentado en la vereda de un bar, tomando un refresco, pensando,
desconcertado. Tenía un presentimiento, pero no sabía bien que era.
Comenzó a refrescar de golpe. Fue hasta el
hotel, retiro un abrigo y camino por el centro de la pequeña ciudad. Había
mucha gente, todos apurados, exaltados.
El libro, ese bendito libro. Recordó las
palabras de la bibliotecaria, no le gustaba porque el personaje era de un
psicópata , tenía a su amada encerrada.
Recordó también aquella frase en su casa,
cuando se le cayó la copa -Hay cosas que usted no sabe Moreno.
De pronto la vio caminar entre la gente,
apurada, nerviosa.
-¡María! -Pronuncio su nombre casi con
desesperación.
La mujer no lo escucho, se perdió entre la
gente.
El se abrió paso entre el gentío hasta
llegar a ella,y, tomándola por uno de sus brazos le expreso sus sentimientos.
-María, no sé qué me pasa con usted. No me
puedo ir. Presiento que usted necesita mi ayuda.
-Moreno, hay cosas que usted no sabe.
-Pero si ya la encontró. No puede hacer
nada. Ya no puede regresar de esa enfermedad. Acepte que su madre enfermo y se
fue de su casa hace quince años, y vino a esta ciudad a reunirse con un
fantasma, eso es todo.
-No, hay cosas que usted ignora. Pablo, es
mejor que se mantenga lejos de todo.
-¡No, no la voy a dejar!
-Mañana, venga a buscarme y hablamos.
-¿Y por qué mañana? Porque no ahora.
-Ahora no puedo, ahora no.
Publicado 19th January 2015 por estela Caruso
ATRAPADA cuarta parte
La empleada, de baja estatura, un tanto regordeta y poco
amable, no quiso darle demasiada información,
-Estoy buscando una mujer que habría venido buscando un
libro de Giannini ¿Podría decirme si ella estuvo aquí?-preguntó el periodista
-Lo lamento señor, pero no puedo darle información de los
internos. A menos que sea familiar.
-Usted no me entiende, no es de una interna. Sino de una
mujer que busca un libro.
-Va a tener que esperar a que venga el director. Yo no estoy
autorizada, siéntese y espérelo. –la mujer lo miro con cierta desconfianza.
Se canso de estar sentado y empezó a caminar mientras fumaba
un cigarrillo, cuando lo sorprendió la vos poco amable.
-¡Que hace aquí Moreno!
Al verla se sorprendió, más por su aspecto que de verla en
el lugar. Había cortado y oscurecido sus cabellos y si hasta vestía a la moda.
Pero no le dijo nada, no era el momento.
-¡María! La estaba esperando
-¡Esperándome! ¿Para qué? ¡Pero usted no deja de
seguirme!-se la veía enojada, no era la misma que había visto en Buenos Aires.
-¿Encontró el libro?
-Ya veo, paso por la biblioteca. Mejor salgamos de acá
ahora, no se puede estar aquí.
Ella lo saco rápidamente del lugar, lo que a él le llamo la
atención. Se la veía nerviosa y apurada.
-Moreno no encontré nada aquí, hoy me lo confirmaron. Olvide
el libro y olvide todo, es mejor así.
-¿Por qué esta tan nerviosa? ¡Que le pasa!
-Pasa que lo que venía a buscar no lo encontré, eso pasa.
-Y ahora que hacemos María. Este lugar está retirado,
tendremos que caminar. Vi una parada de autobús muy cerca de aquí.
Y así fue que en silencio con la cara de amargura de María
caminaron bastante. Hasta que finalmente después de tanto esperar, tomaron el
autobús. En el viaje continuo callada y al bajar ella le dijo.
-Hasta aquí llegamos señor Moreno.
-¿Porque está enojada?
-¡Le parece poco! Me persigue. Jamás hubiera pensado
encontrarlo aquí, molestándome
-¿Y en que la molesto?
-Déjeme quiere. Váyase.Yo no voy a volver a Buenos Aires,
voy a quedarme un tiempo aquí.
-¿Por qué?
-Porque, porque es el lugar que me recuerda a mi madre, nada
más que por eso
-Bueno María, si usted lo quiere así.
-Que tenga buen viaje Moreno.
El periodista se quedo con la sangre en el ojo. Algo raro
pasaba. Así que sin que se diera cuenta la siguió hasta el hotel donde se
hospedaba.
Monto guardia hasta el hartazgo, como en viejas épocas. Lo
único que un policía pasó y lo vio sospechoso y extranjero, entonces lo llevo
detenido.
Como no tenía a nadie
más que a María, pidió que la ubicaran en el hotel.
Finalmente lo liberaron.
Ella lo estaba
esperando.
-¡Se da cuenta Moreno, que no puedo confiar en usted! No era
que se iba y mire, espiándome.
-¿A que le tiene miedo María?
-No confió en usted, es periodista.
-Y que me tendría que confiar. María dígame ¿usted me oculta
algo? Cree que la desaparición de su madre tenga que ver con esta ciudad? digo
como ella amaba tanto este lugar,¿ Qué paso entre ustedes?
-¿Sabe qué? ¡Váyase al infierno!
Supo que estaba jugando al gato y al ratón. De todas maneras
se fue a su hotel, se baño, descanso y después de almorzar decidió comenzar
nuevamente la persecución.
En el hotel María ya no estaba, entonces tuvo la idea de
rentar allí una habitación. Como no se le ocurrió antes, hubiera evitado que se
lo llevaran detenido
Se las ingenio y le saco información al conserje. Supo cual
era la habitación de María. Entonces asegurándose que no estuviera, falseando
la cerradura ingreso en ella. Busco no sabe qué, pero buscaba lo que fuera, que
le diera una pista o algo para saber qué pasaba. Y vaya si encontró, jamás
pensó verlo allí. Estaba entre sus cosas, viejo, amarillento, el mismísimo
ejemplar de Susurro de Giannini, sus pupilas se impregnaron con aquellas letras
escritas en la primera pagina, que decían - Mas allá de la muerte estaremos
juntos, firmaba Eugenia Arévalo - sabía que no estaba equivocado, algo más que
un libro había encontrado María.
¿Dónde estaba María? El olor a humo que tenía el libro le
dio la idea de que había ido a aquella casa.
En el viaje pensaba, que tendría que ver aquella anciana,
con el libro de Eugenia y el psiquiátrico, que conexión había con aquella
historia.
Se notaba que la casa se había quemado. Se detuvo un
instante. Abrió la puerta.Al ingresar a la vivienda la vio en una de las
habitaciones, casi arrodillada sobre los pedazos de un espejo roto, con un
retrato en sus manos. Se oculto, no quería que ella lo viera, había decidido
espiarla, porque era obvio que María lo prefería lejos.
Publicado 18th January 2015 por estela Caruso
ATRAPADA tercera parte
ATRAPADA tercera parte
Sus días transcurrieron con la rutina
habitual de un periodista, cubriendo notas en televisión y también para el
diario.
Los domingos escuchaba música, leía y alguna
película alquilada hacia que se pasaran más rápido los momentos de ocio.
Novia, no ni loco, para que atarse si así
estaba bien, sólo alguna aventura ocasional y nada más.
Días después fue nuevamente a la casa de
María a la que no encontró, supo por una vecina que se había ido de viaje.
Sintió curiosidad por aquel viaje.
Presintió que había algo más que un simple libro. Aquella mujer era la clave de
una desaparición.
Quizás la justicia no pudo ver más allá,
tal vez, no investigaron a la víctima y su entorno, claro cómo hacerlo si
aquella mujer era intachable, una perdida irremediable para una sociedad que la
había idealizado.
Pero
María ¿Qué papel jugaba en todo esto? ¿Porque la busco tanto? Si bien era su
madre, fué tanta la dedicación, que perdió su pareja y prácticamente se hecho
al abandono.
Investigó hasta dar con el autor del libro.
Necesitaba saber su pueblo natal. Le costó ya que era una edición vieja y de
pocos ejemplares, finalmente lo consiguió.
Se preguntó, porque hacia aquello, acaso
querría viajar, ni él lo sabía. Pero la curiosidad hizo que en el tiempo menos
pensado estaba volando a Italia. En busca de una aventura que tenia nombre de
mujer, María, María Arévalo la que deambulaba por los pasillos del juzgado
buscando un fantasma, marchitándose en la oscuridad de una obsesión.
Sintió la caricia del sol, de aquel verano
europeo de casas viejas frente al mar, nada despreciable para un viaje
inesperado.
¿Que buscaba? En realidad quería seguir a
María y ver que hacía, por eso recorrió los lugares que no eran muchos, donde
pudiera conseguir el dichoso libro y al mismo tiempo saber si había estado por
allí la mujer.
Finalmente termino en una vieja biblioteca a
las salidas de la pequeña ciudad.
-¡Mire que cruzarse el océano por un libro!
Pero a viajado inútilmente, no queda nada, si bien el autor nació aquí, quizás
algún coleccionista… -decía la
empleada, una señora mayor con cara de aburrida en un lugar que no pasaba nada
ni nadie -Lo mismo le dije a la mujer
que vino hace unos días, parece que a los del nuevo continente se les ha dado
por leer a Giannini, pero aquí no hay nada.
No había dudas que María había andado por
allí, y que él le estaba pisando los talones.
-Como puede ser, que nadie haya guardado un
ejemplar, es raro -Pablo hacia tiempo- ¿Y sabe si esa mujer finalmente encontró
algo en otro lugar?
-¡No! ni idea señor. Solo le dije que el
único libro que quedaba por lo menos que yo
vi, fue el que tenía una viejita. Pero la casa se incendio, quizás ya no
quede nada de Giannini.
-¡A ver! ¿Cómo está eso? Cuénteme algo más
¡ Me interesa!
La mujer no se hiso rogar, estaba tan
aburrida y tenía tantas ganas de hablar que comenzó con su relato.
-La viejita vivía a unas cuadras de aquí,
venia todos los días con su librito bajo el brazo. Se sentaba allí, mire, ve
donde esta aquella mesa. Bueno esto fue durante muchos años, hasta que un día
no vino. Su casa se estaba incendiando con ella dentro y seguro con el libro
también.Así fue como el último ejemplar de giannini que hayan visto mis ojos se
quemo en el incendio.
-¡Pobre mujer!, que final tuvo.
-¡No! No es lo que está pensando, ella
termino en el psiquiátrico.
-¡Está viva! ¿Y cómo se llama?
-¡No! No lo sé, Solo la identificaba por su
libro..
-¿Que mas me puede decir de ella?
-Rara muy rara, casi no hablaba.
-¿Sabe que no leí ese libro? Solo me lo
recomendaron y como estoy por trabajo, soy fotógrafo, sabiendo que el autor era
de aquí, pensé que podía estar en esta biblioteca. Pero bueno, usted lo leyó,
es para sacarme la curiosidad.
-¡Si lo leí! Alguna vez tuve uno en mis
manos. Pero eso fue hace tanto tiempo, a mi no me gusto. El personaje es un
psicópata, sus versos son muy fuertes, pero bueno existe gente que le gusta.
Habla de un hombre posesivo, que tiene a su amada encerrada.
-¿Cuánto tiempo vino la viejita por aquí?
-Unos diez años o más. Usted parece
policía.
-Nada que ver, soy fotógrafo ya le dije.
Seguramente María había ido al psiquiátrico
a buscar lo que tanto deseaba, no lo pensó mas, tomo un taxi y pidió que lo
llevaran al lugar
viernes, 19 de octubre de 2018
ATRAPADA segunda parte
ATRAPADA segunda parte
Pablo Moreno, de profesión periodista, cuarenta
años, solterón empedernido, por las mañanas suele cubrir notas en la puerta de
tribunales donde comenzó a dar sus primeros pasos en su profesión con el extraño
caso de la señora Eugenia Arévalo.
Entonces era muy joven. Le había puesto toda la
pasión y la garra. Con el paso del tiempo se fue quedando con la sensación de
impunidad que suele tener la justicia.
Recuerda que aquella dama distinguida de la
sociedad porteña había desaparecido dejando una mancha de sangre en la alfombra
de la biblioteca de su casa, en un desorden tal que nunca se supo si fue un
secuestro o un intento de robo, pero la mujer jamás apareció.
Dueña de una fortuna en empresas se la había
tragado la tierra. El hecho había conmocionado la opinión pública y como en
estos casos, mucho se decía, a tal punto que todo iba enredándose cada vez más.
Los investigadores desconcertados hicieron su trabajo hasta que poco a poco
todo fue quedando en la nada.
Recuerda también a su hija María Arévalo que por
entonces la buscaba incansablemente. La que por mucho tiempo deambulo por los
pasillos de los tribunales, en un estado de abandono y depresión, hasta que no
la vio más. Pensó entonces que habría sido de ella.
Terminó su trabajo al mediodía y fue a casa de
María, su curiosidad de saber cómo estaría aquella mujer pudo más.
Ya en la vivienda ingreso directamente por el
costado, conocía de memoria el lugar, ya que había pasado mucho tiempo en
aquellos años montando guardia.
Estaba regando las plantas, no se sorprendió al
verlo.
Lucia espantosa, sus cabellos apenas recogidos, blancas
las raíces y las puntas oscuras y rojisas.La ropa era vieja, descolorida. Era
impresionante el abandono de la mujer.
- ¡No cambia más usted! Siempre igual.-dijo ella.
- ¿Se acuerda de mí?
-¡Como olvidarlo! si era el más molesto de todos.
Recuerdo como me acosaba con preguntas, vivía mas aquí que en su casa.
-Y…era nuevito, debía quedar bien.
-¡Ustedes los periodistas son increíbles!
--¿Porque lo dice?
-Porque son un mal necesario. Uno los odia porque
molestan y al final terminan haciéndonos compañía y hasta a veces ayudan a
resolver situaciones.
-No fue su caso
_No, seguro que no
-¿Cómo quedo todo?
-En nada, usted ya sabe cómo fueron las cosas
-Me llamó la atención no verla más.
-Para que, si la respuesta era siempre la misma. Lo
invito a almorzar ¿Qué le parece?
No había dudas que aquella mujer quería hablar con
alguien, necesitaba compartir su historia. La soledad y el encierro en aquella
casa no deberían ser fáciles de soportar.
Preparó el almuerzo en la inmensa cocina con olor a
humedad, arruinada por donde se la viera...
-Milanesas con puré y el vino se lo debo, yo no
tomo alcohol.
-Está bien María, no se preocupe.
-¿Sabe qué? me voy a Europa.
-¿Así? ¡Qué bueno!
-Voy a buscar un libro que era de mi madre.
-¡Eh! ¿Cómo es eso? ¡Explíqueme por favor!
¿Porque...? ¡ Un viaje tan largo por tan poco!
--Si, entiendo que se sorprenda. Pero cuando le
explique lo va a entender.
-Haber… la escucho.
-Después de tanto tiempo, me di cuenta que el libro
de poemas que tanto amaba mi madre no está en ningún lugar de la casa. Sucede
que días atrás la pensaba tanto, pero tanto, qué recordé aquel libro. Así que
quiero tener algo personal de ella, que sería como tener su alma, parte de su
ser. Mire, una vez mi papa la llevo a Europa, a visitar el pueblito de donde
era oriundo su autor y desde entonces ella siempre viajo a aquel lugar.
-¿Qué lugar de Europa?
-Italia. Pero haber si usted me puede entender.
Seguramente yo pueda conseguir un ejemplar en el pueblo, seguramente en una
biblioteca o comercios. Sería como tenerla, leer cada prosa del libro, como
conectarme con ella.
-¡Que obsesión la suya! Mire que ha pasado el
tiempo y usted no se resigna. No ha hecho nada por estar mejor.
-Fué la forma señor Moreno en que se fue de mi
vida. Además estábamos disgustadas. ¿Sabía usted que me iba a casar? Ella se
opuso a tal punto que me fui de la casa. Ese día vine a despedirme. Nos íbamos
a Europa con mi futuro esposo y bueno al entrar nos encontramos con eso.
-No, no lo sabía. Es más, siempre tuve la imagen de
una mujer comprensiva y buena, además, la opinión pública por poco no la
santifica. Será que su novio no era buena persona por eso se oponía, porque si
no todo es muy extraño.
Una copa se cayó al piso rompiéndose, mientras
levantaba los cristales levanto la mirada y le dijo.
-Así son las cosas Moreno, hay mucho que usted no
sabe. - Le clavo una espina con aquella
frase que salió sin pensar, así, de manera espontanea, como si estuviera
esperando para reventar.
-Usted siente culpa María, no tiene que sentirse
así. ¿Y qué paso con su novio? Porque no hubo boda según se ve.
-El se canso de esperar. Además que es eso de culpa,
usted llama culpa al amor y la obligación de una hija.
-Todo tiene un límite María, no por buscarla usted
tiene que perder su felicidad. Además para eso estaba la justicia y si ellos no
pudieron hacer nada menos usted.
-Usted no entiende.
-¿Y cuándo será eso?
-La próxima semana. Ya tengo todo listo.
-¿Cómo se llama el libro de poemas?
-Susurros de Gianini.
El periodista se fue de aquella casa, aquel dia en
que la vida los volvió a encontrar, dejándola con su soledad, preparando un
viaje tan insólito como increíble.
CONTINUARAlunes, 8 de octubre de 2018
ATRAPADA Primera parte
-¿Estás segura?- pregunto el hombre, cuando ella intentaba
abrir la puerta.
-¡Por supuesto! esta es mi casa, y ella tiene que entender.
-¡Sabes que no lo hará! es muy necia, no quiere saber nada
con nuestra boda y mucho menos que vengas conmigo a Europa.
-¡Pero es mi madre! Debo verla aunque sea por última vez.
Al ingresar a la casa notaron un extraño silencio, no se la
veía en el living como solía estar, fueron a su dormitorio y tampoco estaba
allí, ni a la empleada se la escuchaba deambular, pese a que la llamaron varias
veces, nunca apareció.
Continuaron revisando toda la casa que por cierto era
demasiado grande, hasta que finalmente al ingresar a la biblioteca, notaron
todo desordenado y una mancha de sangre en la alfombra.
Informaron a las autoridades quienes dieron por desaparecida
a la mujer, y quizás, podría estar muerta.
Comenzó allí el tormento para la joven, no hubo día que no
buscara a su madre. Los investigadores agotaron todas las hipótesis y llegaron
a estar desconcertados, dado que había detalles en la investigación que no
cerraban. Ella se sentía culpable porque en los últimos tiempos no se hablaban,
debido a que su madre no aceptaba perder a su dulce niña, por un matrimonio que
la llevaría muy lejos.
Su novio se marcho a Europa porque de allí lo reclamaban en
su trabajo y ella continuo la búsqueda.
Pasó demasiado tiempo, cómo para quedarse encerrada dentro
de una historia en la que ya nada podía hacer, ya no dependía de ella.
Atrapada en la histeria, avinagrada, siempre apurada sin
tiempo para dedicarle a aquel hombre bueno que la reclamaba en la distancia y
cada vez que él viajaba exponía su futuro en el trabajo, la veía cada vez más
alejada y hasta le parecía ver en ella a otra persona. Se había convertido en
una desconocida para él.
No hubo boda, porque él se canso de esperar, en medio de
aquella tragedia que le había ido quitando poco a poco a su mujer amada.
Con el correr del
tiempo la justicia fue archivando aquella investigación que no conducía a
ningún lado, la causa fue durmiendo en algún lugar y ella deambulaba por los
pasillos de los tribunales sin tener respuesta.
Se marchito su juventud y la soledad por haber perdido al
hombre que amaba la sumergió en una inmensa tristeza que la llevo a la
depresión. La casa cuidaba celosamente su patética existencia, prisionera de
sus propios fantasmas, no pudo escapar de aquella encrucijada.
Quince años después de aquella mañana que ella abriera la
puerta de su destino, en Europa, en un pequeño pueblo, una anciana lee una
carta, lentamente toma un retrato, entonces, la siniestra mujer sonríe
satisfecha, su plan macabro había tenido el éxito esperado.
viernes, 31 de agosto de 2018
martes, 21 de agosto de 2018
sábado, 28 de julio de 2018
MI LUGAR EN EL MUNDO
Mi pueblo tiene casas pequeñas,
tan chiquitas pero tan chiquitas,
que apenas si puede entrar mi corazon
Tiene ventanas de plata,
donde se puede ver la luz del sol,
y en noches oscuras
se puede ver la luna brillar.
Si puediera tan solo pudiera,
verte una vez,
me quedaria guardada en tus ojos
para vivir siempre en vos
Mi vida tiene espacios pequeños,
donde solo hay lugar para el amor,
y en esos espacios,
guardo celosamente la esperanza de habitar tu corazon
Tan solo quiero verte una vez,
y despues guardarte en mi,
como el sueño mas hermoso
que tuvo mi vida
en mi pequeño mundo.
jueves, 26 de julio de 2018
TREINTA ABRIGOS
TREINTA ABRIGOS
En la casa
de la familia Paez pasaron varias generaciones disfrutando del lujo y los
placeres que solo el dinero puede dar y esta gente valla que si lo tenía.
Como una reliquia familiar, con 99 años vivía Laura Paez, una viejita muy simpática a la que el tiempo la habia convertido en tatarabuela.
Casi ni salía de su cuarto, solo algunas veces cuando lograban convencerla, permitía que la llevaran al jardín.
Miraba siempre las mismas fotografías y acomodaban todo el tiempo el ropero, sacaba sus treinta abrigos, les cambiaba los botones y los arreglaba uno por uno porque decía que estaban rotos.
Era fanática por el hilo, la aguja y la tijera, la que a menudo se le perdía y toda la familia la tenía que encontrar, como si fuera la búsqueda del tesoro.
Y así cosía y cosía la abuelita y los días iban pasando.
Como decía que tenía jubilación y a su nieto le sobraba la plata, todos los meses le daba dinero y ella se ponía muy feliz.
Pero como era muy viejita, un día se marcho de este mundo para siempre.
A su familia le llamo la atención, nunca encontraron el dinero que su nieto le había dado.
Como una reliquia familiar, con 99 años vivía Laura Paez, una viejita muy simpática a la que el tiempo la habia convertido en tatarabuela.
Casi ni salía de su cuarto, solo algunas veces cuando lograban convencerla, permitía que la llevaran al jardín.
Miraba siempre las mismas fotografías y acomodaban todo el tiempo el ropero, sacaba sus treinta abrigos, les cambiaba los botones y los arreglaba uno por uno porque decía que estaban rotos.
Era fanática por el hilo, la aguja y la tijera, la que a menudo se le perdía y toda la familia la tenía que encontrar, como si fuera la búsqueda del tesoro.
Y así cosía y cosía la abuelita y los días iban pasando.
Como decía que tenía jubilación y a su nieto le sobraba la plata, todos los meses le daba dinero y ella se ponía muy feliz.
Pero como era muy viejita, un día se marcho de este mundo para siempre.
A su familia le llamo la atención, nunca encontraron el dinero que su nieto le había dado.
La familia Linares
En la casa
de Linares todo es pobreza, trabajaban mucho y el dinero no les alcanza para
nada, ocho hijos y un abuelito que mantener.
El hombre va al campo a la mañana muy temprano y regresa de noche.
La mujer limpia casas de familia, vende pan casero que ella amasa y limpia la iglesia.
Reniega mucho con sus hijos y también con el abuelito que como es tan viejito se pierde y corta lo que encuentra con la tijera.
- Esta tijera se esconde- dijo enojada la señora y la puso arriba de un armario.
Cuando fue a la iglesia, el cura le dijo que una familia muy adinerada, había donado muchos abrigos y como perfilaba el invierno le iban a venir bien, así que se los dio.
Feliz llevo los abrigos a la casa, y los puso sobre la cama.
El abuelito los vio y se puso a jugar con ellos, se los media, se miraba en el espejo y se reía mucho.
Como vio que el forro de uno de ellos estaba descocido, se puso a tirar del hilo y así fue haciendo lo mismo con todos.
Mas tarde cuando su nieto entro en la habitación sorprendido vio como billetes de todos los colores danzaban en la habitación, como burlándose de tan miserable vida.
- Que estás haciendo abuelito, otra vez con la tijera.
-Papel picado, papel picado- dijo feliz el abuelito.
fin
estelajaeltete
El hombre va al campo a la mañana muy temprano y regresa de noche.
La mujer limpia casas de familia, vende pan casero que ella amasa y limpia la iglesia.
Reniega mucho con sus hijos y también con el abuelito que como es tan viejito se pierde y corta lo que encuentra con la tijera.
- Esta tijera se esconde- dijo enojada la señora y la puso arriba de un armario.
Cuando fue a la iglesia, el cura le dijo que una familia muy adinerada, había donado muchos abrigos y como perfilaba el invierno le iban a venir bien, así que se los dio.
Feliz llevo los abrigos a la casa, y los puso sobre la cama.
El abuelito los vio y se puso a jugar con ellos, se los media, se miraba en el espejo y se reía mucho.
Como vio que el forro de uno de ellos estaba descocido, se puso a tirar del hilo y así fue haciendo lo mismo con todos.
Mas tarde cuando su nieto entro en la habitación sorprendido vio como billetes de todos los colores danzaban en la habitación, como burlándose de tan miserable vida.
- Que estás haciendo abuelito, otra vez con la tijera.
-Papel picado, papel picado- dijo feliz el abuelito.
fin
estelajaeltete
lunes, 23 de julio de 2018
UN DIA INESPERADO
UN DÍA INESPERADO
Tenía el palo de amasar en la mano, lo golpeo sobre la mesa con fuerza cuando vio entrar a Pablito enfiestado, este, salió corriendo cuando vio a su madre con tal arrebato de furia.
El pan fue a parar dentro del horno casero, con toda la ira que doña Blanca pudiera tener en ese momento, mientras, Pablito escondido en el galponcito del fondo, esperaba que su madre se calmara y su borrachera también
Julio no volvió a sentir tanto dolor, desde aquella vez que sufrió aquel terrible accidente hasta hoy en que ella se marcho. Refugiado en su cuarto, observa por la ventana, como el frio transforma todo en un paisaje desolado y triste, tal cual se siente el ahora.De pronto, algo lo distrae de su melancolía, es Pablito que corre a refugiarse vaya a saber donde, escapando de su madre que le puso el ultimátum, o cambias, o te vas con tu padre.Julio sabe que la vida continua y que mañana, tendrá que presentarse en su trabajo, en los galpones, hombreando bolsas, porque es lo único que sabe hacer, en unos años mas tendrá la espalda dañada, como todos allí, envejeciendo a temprana edad, donde los surcos en el rostro aparecen antes de lo previsto, por causa del frio, el viento y la tierra, que no perdonan la piel.Como si fuera tan fácil olvidar, a aquella que se marcho tan solo porque la soledad del campo la deprimía tanto, que se la pasaba encerrada todo el día en su dormitorio , acostada, haciendo y desasiendo las maletas, como si desojara una margarita, me quedo, me voy, hasta que finalmente se fue.
Los mates calentitos y el pan casero de doña Blanca su madre, la que no se atreve a preguntar, ni falta que hace, si el rostro quebrado y ausente del muchacho lo dicen todo. La jornada ha terminado, el sol va cayendo, se huele a guiso que viene de la cocina, las mujeres vienen y van, ayudando a Blanca a preparar la cena, los trabajadores no tardaran en llegar, hambrientos ,devorando todo lo que haya en la mesa.
El antiguo sillón de cuero luce impecable, lustrado por Serena, la trabajadora del lugar que lleva años sirviéndoles a los Mejías, fue refugio del trasero de Méndez, que había quedado tieso, después de dieciocho horas de viaje en tren de segunda, con asientos de madera, que tan miserablemente, los Mejías habían gastado para enviar a la estancia al viejo contador.
A que había venido Méndez, era la pregunta que todos se hacían, jamás había puesto sus delicados pies en el campo, solo se lo conocía de nombre. La curiosidad los desborda, están reunidos como nunca en el patio, sentados alrededor de la pequeña mesa. Los trabajadores huelen mal , algo podrido se trae este viejo altanero y presuntuoso, que en estos momentos se encuentra recorriendo el lugar, dicen los que lo vieron, que sus botas de cuero están embarradas y llenas de bosta, que esta a las arcadas porque no aguanta el olor de los corrales.
Dos días después, los trabajadores fueron informados que la estancia estaba en quiebra, por lo tanto pronto vendrían los nuevos dueños, la condición de estos, querían el lugar sin empleados. Méndez, en representación de los dueños los indemnizó a todos como marca la ley, ni un peso mas ni uno menos, todo terminó.
Si digo que en algunos casos, pasaron hasta tres generaciones, viviendo y trabajando en el lugar, algunos se sienten como si tuvieran que exiliarse en la ciudad, como si a un pájaro le hubieran cortado las alas, créanme no estoy exagerando, el desarraigo es doloroso y cruel, para los que no conocieron otra cosa que la tranquilidad y la sencillez del campo y toda su naturaleza, por mas dura que fuera la vida allí.
Aquel día, que subieron al carro con todas sus pertenencias rumbo a la ciudad, Pablito tendría que dejar su vida de vago, doña Blanca, deleitara a otros con su pan casero y las comidas sabrosas que hacia para los jornaleros, la cocinera de la estancia desocupada y con un futuro inmediato lejos de allí, las espaldas de Julio bendijeron al tío Constantino, que les había conseguido trabajo en una fábrica.
Ya todo cambiaria en el cemento, no vería mas aquellos atardeceres en que mirando el horizonte, el cielo y la tierra parecen unirse, el trinar de los pájaros por las mañanas calentitas del otoño, con olor a pan casero y mate cocido de doña Blanca, el olor a leña que sale por todos lados, el viejo molino, donde solían guardar las bebidas en el pozo, para que se mantuvieran fresquitas, el aromo en flor en la entrada del chalet de los dueños, al que el se deleitaba todos los años con su aroma, el sulki, los caballos, el arado, noches estrelladas, todo gira en su cabeza y ya se siente el nudo en la garganta, ya no vera mas todo aquello que fue parte de su vida.
Ahora el campo agoniza en la distancia, en aquel inesperado día, que lo sorprendió deshaciéndose obligadamente de sus simples cosas, entonces se pregunta si las estrellas en la ciudad, se verán de la misma forma, se pregunta si aquella que se marcho, si hubiera sabido que terminarían en la ciudad, se hubiera quedado, o tal vez en el fondo el lo sabia, todo era una escusa, simplemente no lo quería.
viernes, 20 de julio de 2018
PAISAJE DEL ALMA
PAISAJE DEL ALMA
.Pero uno siempre regresa.
¿Porqué siempre tendrá que ser asi? Uno vuelve a los lugares donde fue feliz y se da cuenta que ahora solo le producen tristeza.
Dos pequeñas gotas de lluvia hacen el paisaje de esta mañana tan
particular.Danzan traviesas deslizándose por el cristal empañado de un
abril otoñal. Las hojas color ocre caen armando una montaña en el suelo
del parque tan gris y sin luz, debido a la ausencia del sol por las
lluvias de otoño.
Desde mi antiguo automóvil, reliquia de familia, reciclado y
celosamente cuidado por el tío Andrés, observo los árboles, los mismos
de ayer en los que con tu andar emergías entre ellos como aparecido en
el tiempo, pero no era más que el efecto de la llovizna de abril, ahora
ni siquiera eso, puedo estar mucho tiempo esperando tu imagen que ella
nunca aparecerá.
El paisaje de este otoño combina con mi auto viejo y las hojas que caen
de los arboles, pero una barredora inmediatamente me quita ese placer y
me vuelve a la realidad. Siempre digo que las hojas no deberían ser
barridas porque después, pasa esto, me queda una sensación de nada,
porque un otoño sin hojas no es otoño.
Había viajado desde la oscura y lúgubre ciudad de Habert, escondida en
medio de las montañas.Alguna vez me pregunte si figuraba en algún mapa.
Sin embargo existe y es una pequeña ciudad de ricos terratenientes
donde se realizan los más increíbles negocios. Pero la gente, desconoce
su existencia.
Pero eso no importa ahora, lo que sucede es que al llegar a esta ciudad
donde siempre venia a encontrarme con vos, aquí en este parque, me doy
cuenta que solo he venido a encontrarme con recuerdos que me hacen
mal..Pero uno siempre regresa.
¿Porqué siempre tendrá que ser asi? Uno vuelve a los lugares donde fue feliz y se da cuenta que ahora solo le producen tristeza.
No hubiera querido que las cosas fueran de
esta manera, hubiera preferido que todo terminara bien, sin embargo uno no
siempre decide.
También quisiera que existiera la
eternidad para poder verte siempre, y
que mi sonrisa fuera tiempo para hacerte feliz.
El limpia parabrisas ha hecho bien su
trabajo, ya no queda humedad en el cristal, de la misma manera que la barredora
limpió el parque sacando todas las hojas que habían formado un colchón.
Así
decía yo cuando era niña, un colchon de hojas y me tiraba sobre él, y saltaba, saltaba
tantas veces gritando por gritar, solo era eso, un grito que me salía desde muy
adentro como queriendo sacar todo lo que llevaba guardado y no podía decir,
porque yo nunca pude hablar, nunca pude decir.
Este paisaje del alma mío tan vacío, como
las gotas de lluvia que se deslizan por el cristal al compás del olvido que va ganando tiempo en
mi corazón, porque aquellas cosas tan
amadas, ahora se las ve cada vez más lejos, como las hojas secas que vuela el
viento llevándose los recuerdos de mi último verano en Habert.
En aquella epoca me gustaba jugar con las hojas amontonadas en el suelo abriendo un surco con mis pies Después venias vos, y
hacías lo mismo. Mamá se enojaba tanto cuando nos veía llenos de tierra.
Siempre me culpaba a mí.
Ahora la gente sale a caminar por el
parque, aprovechando para hacer aquellas cosas que no pudieron por la lluvia.
Caminan apurados, algunos en bicicleta acortan
camino por aquí.
Aun es la mañana y se siente el frio.
No
me gusta el frio, me es incomodo, tanta ropa y además me quedo sin fuerzas,
casi siempre comienzo a temblar y
alguien me tiene que ayudar. Por eso quiero que pase rápido esta época del año.
Me quedo mirando otra vez los árboles, y
si, ya no te veré mas asomarte entre ellos, además, todos se han ido, ya no
están.
Ahora todo es ayer, solo queda este frio
enorme en el alma por aquellas cosas simples que se fueron y por los que ya no están.
Fin.
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