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lunes, 22 de octubre de 2018

ATRAPADA ultima parte

Al día siguiente no encontró a Maria.Un bar fue refugio  de su incertidumbre y de aquella sensación de querer saber y ayudarla mas allá de lo que alguna vez significo aquel caso tan extraño.
Ahora sabía lo que había pasado, al  menos sabia que aquella mujer estaba con vida en el lugar menos pensando.
Para María quizás no fue una sorpresa, por algo fue a buscar aquel libro.
 La muchacha tenía mucho que explicarle.
Camino hacia la casa que se encontraba en la entrada del pueblo. Aquella que oculto durante tantos años a Eugenia Arévalo.
Al ingresar a la vivienda encontro a María recogiendo algunos vidrios que todavía quedaban de lo que alguna vez fuera un espejo. Ella observo  su rostro en una de aquellas partes. El periodista la miraba en silencio.
Cuando sucedió lo inesperado.
-¡Hasta que finalmente me encontraste!.
Eugenia Arévalo había entrado en la vivienda.
-Te busque hasta al cansancio- dijo Maria. -Sin mirarla.Sin sorprenderse.
-Creí que eras una niña tonta y mira tú. ¿Qué fue lo que te trajo hasta aquí?
-Tu libro
--Esa fue una torpeza de mi parte.
-¿Por qué lo hiciste?
-¡Yo te dije María que no te ibas a casar!
-¡Como hacerlo! ¡Si siempre supe que estabas viva!
-¡Claro que si! Me conoces bien hija, sabes de lo que soy capaz.
-¡Estás loca mama!
-¡Te imaginas lo que fue vivir todos estos años con ese disfraz! Hasta aquel día en que supe que estabas destruida. Entonces sonreí  feliz. Después… ese espejo me devolvió la imagen de lo que era. Había quedado atrapada en mi misma trampa. Entonces quise quemar todo mi pasado.
-¡Mama…todos creían que yo te buscaba porque te amaba!  Lo que no sabían es que era por miedo a que nos hicieras algo. Qué estuvieras cerca. Jamás pensé que estarías tan lejos.
-¿Y porque no les dijiste?
-¡No me hubieran creído! Tú eras la intachable señora Arévalo. Yo era una pobre infeliz que andaba por todos lados, un insignificante ser que caminaba por los tribunales, al que nadie le daba importancia. ¡Pero de noche no podía dormir!.
-Ese fue tu destino Maria.
-¿Porque me golpeabas cuando era niña?¡Era una niña mama! Cualquier cosa te ponía mal. ¡No podía llorar porque me encerrabas!
-Cuando naciste… tu padre ya no me quiso. Por tu culpa el ya no era igual conmigo.
Tenía un vidrio en su mano. Quería destruir lo que tanto había odiado en su vida. Aquella muchacha frágil e insegura había sido víctima de su mente enferma.
Pablo Moreno se interpuso entre las dos…
Eugenia Arévalo fue llevada al Psiquiátrico de donde se había escapado.
María arrojo al mar lo último que le quedaba de su madre, el libro de Gianini.
Al girar vio a Pablo Moreno que la esperaba.
Le sonrió.
Dicen, que jamás se separaron.
fin

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